viernes, 24 de junio de 2011

Ciudad de los Césares




                       LA CIUDAD DE LOS CÉSARES, también conocida como Ciudad encantada de la Patagonia, Ciudad errante, Trapalanda, Trapananda, Lin Lin o Elelín, es una ciudad mítica de América del Sur, que se supone ubicada en algún lugar del Cono Sur (preferentemente en algún valle cordillerano de la Patagonia entre Chile y la Argentina).
La ciudad se caracterizó por ser buscada intensamente durante la época colonial, pues se suponía que había sido fundada según las diferentes versiones, por españoles (náufragos, o exiliados), y/o por mitimaes incas; y que estaba llena de riquezas, principalmente oro y plata.
Origen
El origen principal de la leyenda de la mítica Ciudad de los Césares, está en cuatro historias independientes. Estas historias fueron las siguientes:


                 Descubre Trapananda




El viaje de Francisco César

Artículo principal: Expedición de Francisco César

La primera referencia a una ciudad perdida que se relacionaría con la Ciudad de los Césares, data de 1528; durante la expedición de Sebastián Gaboto al río de la Plata. El capitán Francisco César y catorce hombres más partieron a explorar el territorio hacia el oeste, y se especula que llegaron hasta los Andes o solo hasta las sierras de Córdoba.
César y seis de sus soldados volvieron tres meses más tarde relatando que habían visto una tierra muy rica que tenía "ovejas del Perú" (llamas) y gran abundancia de joyas y metales preciosos. Durante el siglo XVI se empezó a conocer a este misterioso lugar con el nombre de lo de César, a veces con intención burlesca. Cuando las historias comenzaron a hablar de la existencia de una ciudad inca, sus habitantes empezaron a ser llamados Césares.
Como su ubicación era incierta y al no encontrársela, empezó a sugerirse que esta misteriosa ciudad se hallaba mucho más al sur. Postulándose diferentes ubicaciones. Así, según el investigador Ricardo E. Latcham, de haber sido las Sierras de Córdoba, tendría explicación la presencia de llamas y de metalurgia, pues en esa zona habitaban los diaguitas y los comechingones, ambos influidos por el Imperio inca; aunque estas características también se reflejaban en las otras zonas mencionadas del norte de Chile y Argentina.

 Los mitimaes incas

En aquella época también circulaban otras historias de un rico asentamiento en el sur del continente, pues un grupo de mitimaes (colonos incas) se movilizaron a la zona de Santiago del Estero en 1535 después de fracasar en un intento de rescatar al noble inca Pablo Inga, guía de Diego de Almagro y medio hermano de Atahualpa. Se creía que ellos llevaban consigo muchas riquezas y que habían fundado una ciudad inca en alguna parte del sur de Argentina. Los rumores e informes de indios que decían haber visitado este asentamiento se sucedieron durante el resto del siglo XVI.
Además, el cronista y maestre de campo Miguel de Olaverria indica que los súbditos incas que habitaban cerca al río Maule, al recibir el asedio de los mapuches y al enterarse que su rey estaba capturado por los españoles, resolvieron no volver a sus tierras, sino migrar a "lo de Cesares". En su informe escribe que ...y pasaron la gran cordillera por el río Putagán que está cerca del dicho rio Maule y hay opiniones que no vinieron al Perú a causa de estar los españoles apoderados de sus tierras y que están poblados en lo que llaman de Cesares sobre la mar del Norte de que hay noticia y muchas señales.

 Los náufragos españoles de la Patagonia

Posteriormente, también varias expediciones españolas a la zona del estrecho de Magallanes fracasaron y empezaron a circular historias sobre la fundación de ciudades por parte de sus sobrevivientes, sobre todo acerca de la suerte que corrieron los amotinados de la expedición de Simón de Alcazaba y los náufragos de la expedición armada por el Obispo de Plasencia.
El naufragio de la expedición del Obispo de Plasencia (Gutierre de Vargas y Carvajal) durante la travesía que tenía como fin tomar posesión de la gobernación del Estrecho de Magallanes ocurrió en 1540, cuando ya estaban llegando a su destino. Cerca de 200 personas lograron refugiarse en tierra y se internaron en ella para establecerse hasta que los rescataran. No se tuvo noticias de ellos hasta unos 20 años después, cuando dos de los náufragos lograron llegar a Concepción, en la Capitanía de Chile, y contaron que otros sobrevivientes habían fundado una ciudad en la Patagonia y que las riquezas de los incas estaban en ella

La historia de dos de los náufragos
En 1563, veintitrés años después del naufragio de una de las naves del Obispo de Plasencia, llegaron a Concepción (Chile) dos hombres que habían estado en el barco. Se llamaban Pedro de Oviedo y Antonio de Cobos; y narraron cómo se habían salvado junto con la mayor parte de la tripulación y se habían internado tierra adentro al mando de Sebastián de Argüello, hasta encontrarse con un poblado de indios. Según ellos, después de algunas escaramuzas y un periodo de desconfianza, los españoles lograron asentarse en esa tierra en paz con los aborígenes y tomaron a indias como esposas. En su relato hablaban de un poblado inca ubicado más al norte que estaba en guerra con ellos. Pero más tarde estos dos hombres asesinaron a un amigo del capitán y debieron huir a refugiarse entre aquellos "incas". El escribiente que anotó la declaración de Oviedo señaló que:
...La tierra era muy fértil y por la parte más principal que los fueron llevando caminaron dos días poco a poco y vieron multitud de oficiales plateros con obras de vasijas de plata gruesas y sutiles y algunas piedras azules y verdes toscas que las engastaban. La gente era lucida y aguilena y al fin de la del Perú sin mezcla de otras. Dizen que les enbidaban con plata y ellos se excusaron, pidiendo solo de comer y pasaje el cual se lo dieron y para el camino veinte indios que 10s pusieron en lo alto de la cordillera en derecho a la Villa Rica y entregados con rehenes a los pulchez pasaron y vinieron a la ciudad de Concepción donde estuvieron por huespedes el maestro del campo el general Juan gutierrez de Altamirano.

 Los exiliados de Valdivia, Villarrica y Osorno

Igualmente circuló también la leyenda que indicaban que eran ciudades opulentas que la habían formado los pobladores exiliados de las ciudades australes de Valdivia, Villarrica y Osorno. Siendo un grupo de los pobladores que se salvaron del ataque sufrido, cuando estas ciudades fueron destruidas por los mapuches y huilliches; hecho sucedido luego del desastre de Curalaba, a fines del siglo XVI.
A partir de este hecho igualmente se originó la creencia de que probablemente en la región cordillerana, al sur de Valdivia (en la zona norte de la actual Región de Los Lagos de Chile), se encontraba la ciudad principal de los césares, (puesto que se contaban hasta tres); la que se creía que estaba ubicada en medio de una laguna de nombre Payegué o Puyequé (haciendo referencia al Lago Puyehue), cerca de un estero llamado Llanquecó, al este de la cercanas "ruinas de la antigua ciudad de Osorno". A partir de la destrucción de estas ciudades, también se crearía la versión de que un grupo de los sobrevivientes fueron a asilarse a las pampas del este, donde fundaron la ciudad.

La fusión de las cuatro historias

Con el paso de los años estas historias diferentes llegaron a fundirse en una sola, que contenía también elementos fantásticos de la tradición europea. En ella, el poblado de los náufragos españoles tomaba características de una rica ciudad inca y sus habitantes también eran llamados los Césares. Esta fusión de estas historias produjo que la leyenda definitiva de la mítica ciudad se ubicara en algún lugar indefinido del Cono Sur, de preferencia, en algún valle cordillerano de la Patagonia entre Chile y Argentina; siendo así como la leyenda de mítica Ciudad de los Césares formaría parte de la Mitología de América del Sur así como otras ciudades con riquezas como "El Dorado" y "El gran Paititi".

Búsqueda

Producto de las riquezas que se decía existirían en esta mítica ciudad, se produjeron varias expediciones para encontrarlas. Estas expediciones fueron las siguientes:

Diego de Rojas

El primer viaje de exploración que puede considerarse que tenía como uno de sus objetivos hallar la ciudad lo realizó Diego de Rojas en 1543, cuando entró desde el Perú al territorio de la actual Provincia de Santiago del Estero, en busca de una rica región ubicada entre Chile y el Río de la Plata. El virrey del Perú Cristóbal Vaca de Castro escribió al Rey en 1542:
Asimismo hay noticia que entre la provincia de Chile y el nasçimiento del río grande que llaman de La Plata, ay una provincia que se llama [ ], hazia la parte del mar del Norte, de aquel cabo de las sierras nevadas, que diz que es muy poblada y rica; por manera, que la cordillera de las sierras nevadas que atraviesa estas provinçias hacia el Estrecho, queda entre las provinçias de Chili y esta tierra: tengo proveído para ello capitán Diego de Rojas.
Diego de Rojas logró recorrer gran parte del área que se le había encomendado explorar pero no encontró rastros de la ciudad que contaba César, aunque sí halló algunas gallinas europeas que éste había dejado entre los indios. Rojas murió sin completar su misión en 1544, durante un enfrentamiento con los juríes.

 Alderete y Villagra

Cuando Francisco de Villagra volvió de Perú con refuerzos para Pedro de Valdivia en 1551, envió un destacamento desde el valle de Cuyo hacia el sur a buscar lo de César. No encontraron la región, pero sí recibieron informes de la presencia de españoles refugiados en las pampas. En la misma época, el adelantado Jerónimo de Alderete cruzó al lado oriental de los Andes a fundar una ciudad y reconocer el terreno. Él también oyó a los indígenas relatar las historias de los sobrevivientes españoles viviendo en paz con los indios y las del asentamiento inca.

Nicolás Mascardi

En el "Índice Chronologico Peruano", el padre Manuel Rodríguez escribe que el padre Nicolás Mascardi llegó en 1670 a evangelizar los Poyas en la Capitanía de Chile y de allí pasar a la Ciudad de los Cesares. Esto último no lo logra porque fue muerto por los nativos en 1673.
 Menciones históricas
El 4 de noviembre de 1780 se inicia el movimiento de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en honor de su antepasado el último Inca de Vilcabamba. Túpac Amaru se autodeclara "Inca, Señor de los Césares y Amazonas", y jura con el siguiente bando su coronación: "...Don José Primero, por la gracia de Dios, Inca rey del Perú, Santa Fe, Quito, Chile, Buenos Aires y Continentes de los Mares del Sur, Duque de la Superlativa, Señor de los Césares y Amazonas con dominio en el Gran Paititi, Comisario Distribuidor de la Piedad Divina, etc...".

 La Ciudad de los Césares en la literatura

El mito de la Ciudad de los Césares, de manera similar al de El Dorado, ha sido tema de inspiración para obras literarias.
Se puede destacar la novela juvenil del chileno Manuel Rojas titulada La Ciudad de los Césares en que un grupo de viajeros encuentra la ciudad, mientras siguen las huellas de un minero desaparecido. En esta versión, los descendientes de los españoles viven junto con patagones y se encuentran al borde de una guerra civil.
Además, aunque es una adaptación más libre del mito, se puede mencionar la obra de Hugo Silva Pacha Pulai, en la que se relata una versión ficticia del desenlace del Teniente Bello que, luego de perder el rumbo, llega a una ciudad perdida llamada Pacha Pulai, fundada por exploradores españoles perdidos y en que el metal más usado es el oro, al punto de no tener ningún valor. En esta historia, también había estallado una guerra civil entre indígenas y europeos, pero esta vez la ciudad se encontraría en algún lugar de la zona centro-norte de la Cordillera de los Andes en el límite entre Chile y Argentina, a diferencia de las versiones legendarias tardías, que la ubican mucho más al sur.
Martínez Estrada, en su Radiografía de La Pampa, hace referencia a Trapalanda cuando trabaja el conflicto entre ilusión y ficción que se produce en los conquistadores cuando llegan al continente Americano. Trapalanda ejemplifica, en el texto de Estrada, el sin fin de riquezas que no son, y la apuesta a un futuro que nunca se cumple.

De Wikipedia.

lunes, 20 de junio de 2011

Conaf y el bosque nativo chileno

http://www.conaf.cl/conaf/seccion-ley-de-bosques-nativos.html

Artelista

Escribir y pintar son mis pasiones.    Dibujar la vida a través de palabras y pinturas.  Reflejo de lo que para mis ojos y para mi alma tiene un significado, un prisma especial que de alguna manera hago o intento hacer llegar a ustedes a través de ellos.
El olor de la pintura que impregna el taller, funciona como un bálsamo para mis sentidos, distraída me pierdo entre imágenes, formas o palabras que estampo en el papel o en una tela.  El fuerte aroma al óleo fresco, moldeable aún, me entusiasma, me excita y me invita a tomar los pinceles dándole color a cada minuto de mi vida.  Rodeada al fin por fuertes pigmentos como el azul translúcido del cielo y el del verde claro obscuro que descansa en la copa de los árboles que se mecen con el viento, más un rojo carmesí que acompaña el ocaso de un maravilloso día.
http://veruschka.artelista.com/

Ñuke Mapu

De Wikipedia
La Ñuke mapu (mapudungún: Ñuke mapu, 'madre tierra' )?, para los Mapuche, "es la Tierra en un sentido más profundo", pero no el suelo o la tierra geológica, o solo el planeta Tierra; es un concepto más amplio. Por lo que, a diferencia de la Pachamama, la Ñuke mapu "no es considerada como una deidad", sino que, más bien, es considerada como la representación del "mundo Mapuche" en la cosmografía y la interacción del pueblo mapuche en él, dentro de las Creencias religiosas mapuches.
Ella, a través de los Ngen, y junto al Chaw Antü (Padre Sol), entrega constantemente la vida a dicho pueblo. Este hecho implica la relación de reciprocidad que existe entre el ser mapuche y la tierra.[1]
Madre Tierra

Ñuke mapu en la vida mapuche
Artículo principal: Admapu
Para el pueblo mapuche, "la Ñuke mapu" lo es todo, lo explica todo y está en todas partes pero particularmente se la ubica singularmente a través de los Ngen (espíritus de la Naturaleza), representados en ciertos lugares naturales (ojos de agua -manantiales-, vertientes, cerros); o a través de construcciones (hoyos, apachetas, -especie de mojones, constituidos generalmente por pequeños montículos de piedras-) usados como altares. Su relación con el pueblo Mapuche es inmediata y cotidiana, y actúa directamente y por presencia, con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndole algo o disculpándose por alguna falta cometida.[2]

domingo, 19 de junio de 2011

Calcu, kalku

De wikipedia
Calcu, también conocido como kalku, es un término en mapudungun, para referirse a la persona que practica el mal en una forma mística o espiritual; y posteriormente utilizado para referirse igualmente a un brujo o bruja practicante de la magia negra. El término también es usado para referirse al mal producido por la brujería, o por la acción del calcutun.

Calcu (Persona) 
El Calcu se caracteriza por ser una persona que se dice utilizaría un poder espiritual para dedicarse principalmente a hacer el daño al prójimo; por ello es combatido por las Machis. Un Calcu desarrolla un sentido de poder muy similar al del chamán. Él o ella también tiene pewma (sueños) o perimontun (visiones); pero su principal característica sería que heredaría un espíritu Wekufe, espíritu que anteriormente le entregaba poder a un ancestro que también fue Calcu. Así, los Calcus serían sirviente de los Wekufe y ocuparían el poder de estos espíritus.
Debido a la naturaleza espiritual del Machi y el Calcu, los españoles tardaron en hacer una distinción clara del significado de ambos, y entender la diferencia entre ellos; además como consecuencia de ello, los Calcu serían asociados equívocamente con la brujería. Fue así como posteriormente también se utilizaría la palabra Calcu como término para referirse igualmente a una bruja, a los Brujos de Chiloé, y a toda persona relacionada con la magia negra, los demonios y el diablo.
Las maneras en que se forma el Calcu mapuche, es a partir de:
  • una tradición de herencia.
  • un o una Machi que esta interesadas en el dinero más que curar; o es un Machi frustrado al ser poco poderoso, producto de que por diversos motivos no es exitoso curando ni propiciando la bonanza de la comunidad. Estos hechos harían que el Machi perdiera así su prestigio, y se integre a las fuerzas que luchan contra el ser humano, producto de la envidia, codicia y otros sentimientos negativos, que hacen que no siga lo indicado en el Admapu.
El Calcu al igual que la Machi también puede tener clientes, pero los clientes del Calcu pueden pedirle ayuda para tomar venganza o hacer daño a otras personas, a menudo a raíz de situaciones de celos.
Se dice que los calcu (persona) pueden asumir tres funciones: Kalkutufe, Dawfe y Choñchoñ; y si son poderosos pueden realizarlas todas simultáneamente. Los calcu merodearían por los cementerios para apoderarse del pillü (fantasma del muerto reciente), con el propósito de utilizarlo en sus hechizos del calcutun. Esto último es uno de los motivo de la realización del Aun (Ritual funerario), para evitar la acción de los Calcus.
El Calcu además utilizaría numerosas pócimas, destacando el kalku-mamüll también conocido como latúe, latuy; que significa "el mortífero" o "la tierra de los muertos". conocido con el pelativo español de "árbol de los brujos", "palo mato" o "palo de brujos", y conocido actualmente con la nomenclatura científica actual Latua pubiflora. esta planta se caracteriza por ser un alucinógeno clásico de la etnología mapuche.
Otra característica que se le asocia a los Calcus es que ellos estarían comúnmente vestidos totalmente de negro, ya que este color estando solo, simboliza la oscuridad, la noche, los espíritus del mal y la muerte.

[editar] Calcu (mal)

El calcu (mal) en los mapuches se presenta como la fuerza desintegradora que utilizan los Calcus, la que es capaz de provocar las enfermedades y la muerte. Según las Machis, proviene principalmente de los Wekufe y es alimentada por la envidia y otros sentimientos dañinos de los hombres.
En toda enfermedad o dolencia provenientes del calcu (mal), la medicina mapuche debe combinar diversos ritos machitunes para arrancar el mal de la persona enferma y luego recuperarla con medicamentos formulados sobre la base de yerbas. Igualmente se utilizan Contras para la protección. Los Contras son amuletos, usados generalmente contra el mal, y como instrumento para detener magia negra).

viernes, 17 de junio de 2011

Anchimallén


Anchimayén, Anchimalén, Auchimalgén, Auchimalguén, Anchimalguén, Anchimalwén, Anchimalhuén o Chimalguén
Las leyendas se refieren a los Anchimallén como unas llamas ligeras y fugitivas con la forma de pequeños niños, las cuales aparecen repentinamente para luego desvanecerse también en cuestión de segundos. Suelen presentarse ante las personas generalmente como "esferas de fuego", las cuales en el día se pueden ver, pero no brillan; característica que solo revelan en la noche. Igualmente se cuenta que en los sectores donde vivirían varios Anchimallén, en las noches algunas veces suelen pelearse entre sí; pelea que se observa como dos bolas de fuego que vuelan a pocos metros del suelo y que chocan entre ellas liberando chispas.
Se dice que se les escucharía como el llanto de un bebe recién nacido, y si alguien lo viera de muy cerca; el Anchimallén utilizaría su luz para confundir y desorientar, dejando aturdido momentáneamente a la persona; o incluso dejándola ciega o enferma de la vista. Otra capacidad que tiene es que el Anchimallén tendría la capacidad de cambiar su forma. El Anchimallén se alimentaría con leche, sangre o miel, siendo la misión del Anchimallén la de proteger y obedecer a su dueño haciendo el bien o el mal; según los deseos de quién lo controla.
Así, el Anchimallén actuaría como un ser benéfico, si este es criado por los mapuches para cuidar sus animales o sus bienes, defendiendo valientemente lo que cuida cuando alguien trata de robar lo que se le encomendó vigilar. Por ello sería un ser valioso dado de generación en generación, para ser utilizado para atraer riquezas y fortunas. Igualmente se menciona que cuando el Anchimallén aparece de color rojo, los Mapuches interpretan ese suceso como la muerte de un gran personaje.
En cambio, si el Anchimallén actuara como un ser maléfico, se dice que estos habrían sido creados por un Calcu, que por diversos motivos no posee un poderoso espíritu wekufe, y requiere un sirviente sobrenatural; con el fin de utilizarlo para sus fines y convertirlos en su protectores. El calcu los crearía a partir de los restos mortales perteneciente a una niña o un niño que murió de una forma repentina. Después de ser sepultada sería desenterrada y a partir de sus huesos, sus restos son transformados y vueltos a la vida por el calcu; siendo la nueva criatura formada posteriormente alimentada debajo de una olla llena de sangre humana, escuchándose en el proceso un canto lastimero semejante al de un niño recién nacido.
Por ello se dice que cuando una radiación brillante y fugaz de un anchimallén desconocido aparecería en los campos, montañas, en las ramas de los árboles o en los techos de las rucas, el Mapuche cree que significa que se producirá la muerte para alguien. Esto ya que se cree que el Anchimallén actuaría como una mensajera dañina que puede ser usada por el calcu para causar la muerte y provocar enfermedades en las personas; al igual que los poderosos wekufes. Se dice que solo las ceremonias de Machitún y una buena Machi pueden hacer escapar del cuerpo a este ser; ya que por el origen puro de éste, a la Machi le cuesta más sacar del cuerpo, y por ello se requiere además la intervención de otras personas de la comunidad que tengan un espíritu fuerte que neutralicen al Anchimallén que ha desequilibrado a la persona.
Debido a las cualidades que posería el Anchimallén, es que también se cuenta que hay personas codiciosas que pagarían mucho dinero a los Calcus, para poder lograr tener un Anchimallén. Igualmente se dice que incluso hay personas que los roban, al seducirlos con los alimentos que le gustan al Anchimallén; colocando miel, sangre o leche en lugar que se quiere que este ser cuide. Por ello, para evitar el robo, los Anchimallén siempre deben estar bien alimentados. Esto además ha originado el dicho de que "por goloso pierde la vida el anchimallen"; ya que si sus verdaderos dueños son calcus, al enterarse de la negligencia de su sirviente, los castigarían con la muerte.
Igualmente en la tradición popular criolla, se dice que para ahuyentarlos hay que hacer ruidos metálicos con las espuelas u otros objetos, para así evitar una futura desgracia.

jueves, 16 de junio de 2011

Sumpalwe

Los Sumpall también conocidos como sumpalwe o sompallwe, son criaturas que se relacionan con el agua.

Según cuentan las leyendas mapuches, los Sumpall son seres encargados de cuidar las aguas de los ríos, lagos y mares; y en aquellos lugares donde viven, nunca se secaría el agua. Ellos habitarían en su mayoría en los ríos y lagunas. Igualmente serían seres que dependiendo del género que tuvieran, raptarían a los hombres o las mujeres; pero esto ocurriría comúnmente con la voluntad del secuestrado o secuestrada, quienes escuchaban encantados sonidos y voces maravillosas llamándolos desde el fondo de las aguas. Los ahogados eran frecuentemente niñas, que según la leyenda a veces volvían cargadas de frutos marinos y pescados, a consolar a sus padres y pedirles que no lloren. Al ser llevada la persona al fondo del río o el lago, en un lugar llamado Sumpallhue, también se transformaría en un o una Sumpall. Otras fuentes señalan que se convertían en aves; a veces en una huala, que no vuela bien pero si es excelente nadadora; esto porque el Sumpall todavía la retiene. Si el Sumpall se ha raptado a una mujer, la familia de la mujer recibiría un pago (el gapitún) por el robo de la novia; ya que es una costumbre del pueblo mapuche, cuando alguien secuestra a una mujer para casarse con ella. (La retribución que debe hacer el Sumpall está muy arraigada en la cultura mapuche como una ley natural; todo lo que se quita debe ser repuesto; por eso hay muchos ritos en los que se hacen ofrendas y regalos antes de cosechar o quitar. Como por ejemplo las ofrendas que se hacen al mar, poniendo ollas de comida en hilera, sobre la arena; el mar se las lleva, pero debe devolverlo todo con peces abundantes; a veces no es la ola quien trae las retribuciones sino una sirena, una niña que sale del agua con un canasto de peces y mariscos). La Sumpall femenina igualmente en algunas ocasiones puede dar un pago a la madre del hombre que ella ama, pero el hecho sería contrario a lo común en la tradición Mapuche. También se dice que los sumpall masculinos fecundan a las mujeres que van a las orillas de los ríos solas.
Los primeros Sumpall habrían sido creados por Trentren-Vilu, a partir de los hombres que se ahogaron en la gran batalla de las serpientes míticas. Los Sumpall se caracterizan por ser seres que pueden realizar el bien o el mal dependiendo el caso. Así, igualmente puede cobrar venganza contra las personas que hacen daño a los ríos, lagunas y otros lugares relacionados con el agua; cumpliendo en estos casos el mismo papel que los Ngen-ko (espíritus dueños del agua).
Hay decenas de relatos y leyendas en torno a los ríos, costas, lagos y lagunas donde interviene el Sumpall. Con el gusto del pueblo mapuche por el agua y la natación, no deben haber sido pocos los ahogados.

viernes, 10 de junio de 2011

Alerce, lahuán, lahuén

Alerce
(Fitzroya Cupressoides)
La fitzroya o Alerce es una conífera maravillosa, de dimensiones importantes.  Puede llegar a los 50 metros de altura y vivir tantos años como las pirámides, de entre 3000 a 4000 años.  Son especies muy longevas, la segunda del planeta.  Su crecimiento es muy lento, aumentando el diámetro de su tronco en 1mm al año.

Alerce milenario, Parque Alerce Andino
Habitat:  Prefiere terrenos poco profundos, bastante humedos, pantanosos impermeables y pobre.  También crece en lugares menos pantanosos pero de mucha humedad ambiente.  Requiere mucha luz.
forma bosques con otras especies como coigües y ñirres. En zonas más bajas con corcolén, taique, canelo tepú y sauco del diablo.
Hojas:    Sus hojas son pequeñas y delgadas, dispuestas en verticilios de 3 hojas imbricadas con el verticilo anterior.  Por el envés son blanquecinas. Son de forma aovada-oblonga, cóncavas, con el ápice encorvado.  Miden alrededor de 3mm de largo.
Flores:   Es una especie dioica. No obstante, es posible encontrar árboles monoicos y en casos excepcionales, ejemplares hermafroditas. Las masculinas son axilares, solitarias , cilindricas y consisten en 15 a 24 estambres ubicados en verticilos; las femeninas son pequeños conos globososde unos 8mm de diámetro, ubicadas en el extremo de las ramillas, solitarias y formados por 3 verticilios de hojitas escamosas.  Sus semillas son pequeñas y provistas de 2 o 3 alitas que al madurar les permiten desplazarse por medio del viento.

alerces, a la sombra del bosque - Buscar

alerces, a la sombra del bosque - Buscar